A todos los que tenemos una cuenta de Facebook seguramente nos ha pasado. Se te antoja comprar cualquier producto a través de internet, accedes a páginas de ventas online y comienzas la búsqueda. A los dos minutos te das cuenta que no encuentras lo que quieres y recuerdas que en la tienda de electrónicos de tu plaza comercial tienen la más amplia variedad y los mejores precios a meses sin intereses. Cierras el navegador y te pones a hacer otras cosas.
Después de una horas, cuando te resulta necesario ponerte al tanto con las últimas publicaciones de tus amigos en Facebook, abres la red social y ¡oh sorpresa!. Como por arte de magia, aparece publicidad pagada acerca del producto que hace unas horas estabas buscando así como una serie de tiendas virtuales que lo venden y que buscan engancharte. ¿Qué clase de magia sucedió con el simple hecho de haberte dado a la tarea de buscar un equis producto en Google que ahora te aparece en el feed de tu perfil en Facebook?
Este pequeño ejemplo nos muestra características y bondades de dos estrategias del Marketing Digital muy sonadas y ampliamente utilizadas: Push y Pull.
La estrategia Push –de presión- suele tener, en el mundo del marketing actual, connotaciones más negativas que positivas, que no tiene razón de ser. Es una estrategia tradicional, anclada en el pasado, un tanto invasiva porque va dirigida a todo mundo sin especificar con puntualidad y detalle un determinado público. Podría parecer un estrategia ‘desesperada’ por ofrecer un producto o servicio y cerrar con la compra del mismo. Un spot comercial en televisión, la campaña de emailing con los descuentos del mes o un repetitivo anuncio publicitario en el feed de tu Facebook pueden ser ejemplos claros de esta estrategia. Si no se maneja bien, podrá hacer que huyan de ti los que podrían haber sido tus clientes potenciales.
La estrategia Pull –de atracción- va más de la mano con todo el mundo del marketing en nuestros tiempos. Por todos los medios y métodos posibles, esta estrategia busca atraer al usuario –cliente- a través de contenidos que le llamen la atención. La gran ventaja que tiene esta estrategia reside en que el cliente o consumidor, sin ninguna clase de presión, se lanza a buscar activamente el producto o servicio que necesita para solventar su necesidad. Busca en un motor de búsqueda. Y si encuentra lo que busca, se quedará allí. Ya depende del negocio o la marca retenerlo, hacerlo fiel, darle razones claras de por qué ha elegido bien y podrá seguir haciéndolo cuando en el futuro le surja la misma necesidad.
¿Podemos llegar a afirmar que una estrategia es mejor y más eficaz que la otra? Indiscutiblemente. Es pensamiento común en el mundo del marketing digital que la estrategia Pull o de atracción ofrece los mejores resultados. Los clientes o consumidores suelen huir de aquellas marcas, empresas o negocios que ejercer presión para lograr su objetivo: la venta. El bombardeo de publicidad, la invasión de correos electrónicos día y noche, la publicidad pagada en medios tradicionales y digitales parecen no gustar mucho al consumidor de hoy, y de todo eso se trata la estrategia Push. Sin embargo, una dosis moderada de ésta, combinada con la estrategia Pull pueden ser las piezas clave en un plan de marketing exitoso.